A mediados de 1800 los adornos más extremados en la indumentaria femenina, como la mangas de" perníl ", dejaron de estar de moda y volvieron los diseños más sencillos.
El talle volvió a bajarse , las cinturas se hacían cada vez más pequeñas y las faldas más voluminosas . El amplio contorno del vestido se conseguía con varias capas de enaguas superpuestas y su magnitud debió de resultar un inconveniente para la movilidad de la mujer.
Además de la anchura , las faldas volvieron a alargarse hasta barrer el suelo y se caracterizaban por volantes dispuestos horizontalmente para acentuar su forma cónica, los hombros ahuecados dieron paso a un mayor volumen en la zona de la muñeca.
Pero a finales de 1850 las faldas sufrieron un cambio drástico con la aparición de la "crinolina" o enagua con aros , hecha con crín de caballo.
Ya en la siguiente década nació el miriñaque que consistía en una enagua con armazón de aros metálicos o de ballena, con lo cual las faldas se hicieron extremadamente anchas.
Los importante avances de la industria textil,el uso práctico de la máquina de coser y la mejora de telares y tintes hizo posible una amplia variedad de materiales para faldas..
A partir de finales de 1860 las falda ganaron volumen en la parte trasera mientras que por delante eran planas. Esta silueta era posible gracias al apoyo de una prenda interior llamada polisón, que eran unas almohadillas colocadas sobre las nalgas que se rellenaban con varios tipos de materiales .
La falda con polisón tenía mucho menos vuelo ,pero requería de muchísimo material par asu complicada ornamentación de cintas y volantes.
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